jueves, 25 de mayo de 2023

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EN HOMENAJE a Cataluña, George Orwell se sorprende de que en la guerra civil todos los toreros se pusieran a favor del bando fascista. A mí no me sorprende nada, como tampoco me sorprende que la mayoría de los deportistas suelan ponerse a favor de los nosotrismos, lo mismo centralistas que indepes. ¿No es cierto que tanto los toros como los deportes, con sus continuas apelaciones al valor, la fuerza, la masculinidad, la juventud o la disciplina, se ofrecen como un guante a todo argumentario etno-irracional, como bien plasmó Leni Riefenstahl en sus documentales?