lunes, 25 de noviembre de 2024


LLEVABA MUCHOS años sin ver el Thrilla in Manila, para muchos el mejor combate de todos los tiempos (para mí no está ni entre los diez mejores, de hecho ni siquiera es el mejor combate entre Ali y Frazier, que es el primero), y al verlo de nuevo esta noche, me he dado cuenta de algo que en los primeros visionados no capté: la cantidad de rope-a-dope que practica Ali, también contra Frazier. El rope-a-dope es una táctica boxística, popularizada por Ali en su famoso Rumble in jungle contra Foreman, que consiste básicamente en dejarse pegar con el fin de cansar al adversario: el boxeador que lo practica se va voluntariamente contra las cuerdas, ofrece sus flancos al oponente y trata de protegerse la cabeza mientras, de vez en cuando, lanza veloces contragolpes contra el rival. El problema del rope-a-dope, con el que Ali consiguió su victoria más estruendosa, es que practicado una sola vez es de una belleza espectacular, porque te permite ganar con el uso de la inteligencia a boxeadores más fuertes que tú; pero convertido en costumbre, deteriora tu calidad de vida para siempre. En la segunda etapa de su carrera, después de permanecer tres años y medio sin boxear por negarse a participar en la guerra del Vietnam, Ali se enfrentó a boxeadores de la pegada de Foreman, Frazier, Ron Lyle o Earnie Shavers, y con todos ellos practicó mucho o bastante el rope-a-dope, lo que le dejó secuelas físicas para toda la vida. Es famoso que ningún médico quería hacerse cargo de autorizar la pelea de Ali contra Larry Holmes, en 1980, porque Ali no era capaz de pasar la simple prueba de tocar su nariz con el dedo pulgar: a los 38 años de edad, los castigos recibidos le habían arruinado para siempre la posibilidad de hacer vida normal.