domingo, 4 de mayo de 2025

LEBRON JAMES no puede ganarle a Michael Jordan el debate sobre el legado deportivo porque a partir de la eclosión del jugador de los Bulls, entre otras herencias negativas, se impuso una manera de medir los logros baloncestísticos con criterios más que subjetivos. Según esa vara de medir, que en algunos aspectos alcanza tintes de lo más estúpidos, es más meritorio ganar seis anillos en seis finales, como hizo Jordan, que ganar seis anillos Y ADEMÁS llegar a la final en otras cuatro temporadas, como hizo Abdul-Jabbar. Es un meritómetro que abusa de un aspecto del juego, la anotación, un momento del partido, el clutch, y un solo premio, el anillo: según la subjetividad jordanesca es mejor quedar eliminado en semifinales que quedar segundo. Para que Lebron James pueda ganar o al menos igualar el legado de Jordan, el modo de pesar los logros tendría que incluir la consistencia, el número de temporadas, la variedad, el rebote, la asistencia y la capacidad para jugar de modo coral o hacer mejor a tus compañeros. Cómo estará de viciada la actual manera de considerar el mérito deportivo, que la gente piensa que Jordan fue mucho más anotador que Lebron, porque el jugador de los Bulls encestaba más puntos por partido. Como la subjetividad projordanesca no valora la longevidad anotadora, te puedes llevar un susto si compruebas que Jordan, entre liga regular (32.292) y playoffs (5987), anotó 38.279 puntos en quince temporadas, mientras que Lebron (38.652 y 7.912) lleva anotados 46.564 en veinte, ¡Lebron lleva anotados 8.285 puntos más que Jordan, el equivalente a tres temporadas completas, pero sigue teniendo en contra una manera de contar el relato que es hija del individualismo protestante!