martes, 28 de octubre de 2025

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ESTE DETALLE de Federer por una parte no me gusta pero por otra lo comprendo, porque nunca ha existido un tenista de movimientos tan elegantes como los suyos. El tenista suizo, asesorado por Tony Godsick, solo da su imagen a marcas que respondan a ese patrón de lujo, elegancia o sofisticación, como Mercedes, Rolex o Moët & Chandon. Si por ejemplo pretende contratarlo una marca de detergente o de salchichas, el representante de Federer ni coge el teléfono.

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ESO QUE hizo ayer Luis Enrique en el partido contra el Lens, lo de ver el primer tiempo en la grada "para tener mejor panorámica de lo que está sucediendo" y el segundo en el banquillo, suscitando en la prensa adjetivos como "revolucionario" o "adelantado a su tiempo", es más viejo que Argantonio. Sin ir más lejos, era lo mismo que hizo muchas veces el entrenador Howard Kendall, y por las mismas razones, cuando entrenó al Athletic de Bilbao a finales de los ochenta.

lunes, 27 de octubre de 2025

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EN LA tarea que me he asignado de llevar agua a todo acusado de egolatría en las artes, la literatura o el deporte de élite, existe una excepción que me interesa subrayar cuanto antes, que es la de la Fórmula 1. La F1 parece un deporte individual donde cada piloto se mide al otro con herramientas más o menos parecidas, pero es justo lo contrario: en realidad es un deporte de escuderías donde el piloto es responsable como mucho del 20% del resultado.

Por eso, cuando surge un piloto de F1 caracterizado por la egolatría, como Fernando Alonso, me niego a apoyarlo, porque se está atribuyendo méritos que no son suyos, en un volumen muy superior al de otros deportes colectivos como el fútbol o el baloncesto, donde considero que el crack tiene una capacidad de influencia decisiva.

Ni Messi ni Jordan pueden ganar solos, pero ellos fueron los principales responsables de que sus equipos llegaran a las cotas a las que llegaron. En Fórmula Uno, en cambio, los principales responsables del éxito no son los que van al volante. El principal responsable de que Fernando Alonso ganara dos mundiales hace veinte años, por ejemplo, fue el ingeniero jefe Bob Bell; el principal responsable de los siete títulos de Hamilton fue el diseñador Ross Brawn; y el autor intelectual de que primero Vettel y luego Verstappen tiranizaran durante ocho años no fue un piloto, sino el genio de la aerodinámica Adrian Newey.

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EL LEGENDARIO periodista Antonio Carrizo, célebre sobre todo por sus entrevistas a Borges, le dijo una vez al maestro bonaerense: "Borges, usted no es argentino porque no le gusta el fútbol".

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DESCUBRO QUE uno de los apodos más célebres de la historia del deporte, El caníbal de Eddy Merckx, no fue acuñado por ningún periodista, como suele ser habitual, sino por una niña, la hija de Christian Raymond, compañero de equipo del propio Merckx, que le dijo un día a su padre: «¿Tu amigo no te deja ganar nunca? ¡Entonces es un caníbal!»

miércoles, 24 de septiembre de 2025

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EN EL Código Federer, de Stefano Semeraro, se afirma que Roger Federer ya quería ser una estrella del tenis desde muy niño y les decía a todos que su objetivo era ser el número uno y "ganar Wimbledon".

En Suiza, ¿eh? Si hubiera nacido en un lugar como el mío, ibas tú a decir que te vas a comer el mundo sin que un adulto idiota se ponga a hacerte "terapia".

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EN ESPAÑA hay cuatro diarios deportivos entre los quince más leídos, mientras que en Europa la mayoría de los países solo tienen uno o ninguno. En España hay además cuatro programas de radio deportiva cada noche: en el resto de Europa la mayoría solo tiene uno. Estos datos, además de delatar el analfabetismo integral de la muchedumbre carpetovetónica, que concede a este deporte una importancia desproporcionada (yo también le dedico tiempo al fútbol, ojo, pero ni el 30% de lo que le dedico solo a la lectura de Nietzsche o de Borges), son una de las causas de que los entrenadores de los dos equipos más poderosos, el Real Madrid y el F.C. Barcelona, sufran presiones sin cuento y no duren mucho en el puesto. 

Mientras en el resto de Europa, como no hay medios especializados (el deporte en Europa va en una sección de los diarios de información general, como aquí sucede en El País o El Mundo), las polémicas brillan por su ausencia y los entrenadores suelen dormir bien, en España cada día el técnico del Real Madrid o del Barcelona se levantan con un nuevo fuego que apagar: que si Rodrigo se quiere ir, que si Fermín no se entrena bien, que si hay rumores de que Haaland tiene una cláusula de salida, que si Ter Stegen amenaza con nosequé..., todo ello filtrado por directivos, representantes de futbolistas o muchas veces inventado por los propios periodistas. No es que en el resto de Europa no existan quejas y problemas, pero no tienen ocho medios de comunicación que, cada día, ofrezcan un micrófono o una página de periódico al que quiera lanzar su cuchillo.

Esta es una de las razones principales de que el Real Madrid y el FC. Barcelona, aunque siempre contratan a los mejores entrenadores del mundo, nunca han conseguido mantener a ninguno durante más de cuatro temporadas, desde que Cruyff lo consiguió hace casi treinta años. La otra razón principal es que el Real Madrid vs Barcelona no es solo un partido de fútbol, sino una rivalidad política entre una España, la que aboga por el idioma común, la historia común y la cultura común, y la otra España, la que aboga por los muchos idiomas, las muchas historias y las muchas culturas, rivalidad que a veces, dependiendo de los vaivenes de la circunstancia, cuando los ánimos se radicalizan, se convierte en soterrada guerra civil entre la SuperEspaña y la AntiEspaña, de modo que si pierdes los cuatro partidos que jugaste contra tu máximo rival, como le sucedió a Ancelotti la temporada pasada, ni tu currículum de pata negra ni las tres Champions que ganaste de blanco te van a permitir conservar el puesto, tal es el cabreo que tiene la gente cada vez que se pierde contra esos.