sábado, 31 de mayo de 2025


SIMONE BILES mide 1'42 y pesa 48 kilos. Nadia Comaneci medía 1'62 y pesaba 46. Un ejemplo más de cómo ha cambiado el deporte en favor de la fuerza, la potencia y la preparación física. El cambio que se ha producido en los últimos cuarenta años es tan exagerado que provocó que Björn Borg, que durante su carrera destacó por su potencia física, fuera apaleado por los rivales diez años después de su retirada, cuando decidió regresar a los circuitos de tenis por unos meses y se empecinó en jugar con sus antiguas raquetas de madera.


LAS DOS son resbalosidades, porque es imposible medir la calidad intrínseca de un jugador en un deporte de equipo, pero es menos resbaloso decir que Michael Jordan es el mejor jugador de baloncesto de la historia que decir lo propio de Messi en el fútbol, porque el peso que sobre el resultado final tiene un jugador de baloncesto es mucho mayor. El jugador de baloncesto representa el 20% del equipo y es muy fácil que la pelota llegue a sus manos, incluso ante tácticas hiperdefensivas del contrario. En el fútbol, en cambio, Messi solo representa el 9% de su equipo y a menudo se pasa minutos o incluso cuartos de hora sin recibir el balón. Este mismo año los medios publicaron que el mejor nueve del mundo, Haaland, solo pudo tocar ocho balones en un partido completo, pues sus compañeros no le enviaron más...


domingo, 4 de mayo de 2025


SON LAS zonas ricas las que mueven el fútbol de élite, pero necesitan de grandes bolsas de pobreza para encontrar jugadores de talento. En las zonas ricas apenas surgen futbolistas, porque la oferta se diversifica y los niños apuestan por otros deportes. Hasta hace unas décadas eran los suburbios de Amsterdam, Buenos Aires y Sao Paulo las mayores canteras del mundo; pero ahora son las afueras de París y Londres las que generan mayor número de jugadores, la mayoría procedentes de la inmigración africana. NACER EN UN BARRIO POBRE DE UNA CIUDAD RICA: ese es el contexto ideal para que surja el talento futbolístico. Se viene un dominio de Francia e Inglaterra en las competiciones internacionales, porque existe un tipo de niño, nacido en Europa, que sabe que nunca va a disfrutar del privilegio euroblanco salvo que, de pronto, de tanto darle patadas a un balón de fútbol...


LA MAYOR prueba de la grandeza de Messi es el surgimiento de esa nueva escuela conspiranoica, que ya me he encontrado en muchas redes y foros, que sostiene que el balón que patea el número diez lleva un chip de autodirección inteligente. Es tal la precisión de este monstruo del balompedismo, que sus enemigos le han hecho el regalo de considerarla una trampa técnica o de la Inteligencia Artificial.


ESPAÑA GANÓ a Inglaterra el mundial de fútbol: este hito propició que el diario Marca lograra el registro récord, tratándose de deporte femenino, de 2375 comentarios en la crónica de la victoria. En Inglaterra, en cambio, aunque los ingleses perdieron, la crónica de la BBC cosechó... ¡11.600 comentarios! Y qué comentarios: todos los más valorados siguen la misma tónica de reconocer la superioridad de las jugadoras españolas y felicitarlas por su triunfo, por una parte, y criticar la retransmisión que ofreció la BBC por demasiado "proinglesa", por otra.

Inglaterra es el único lugar que conozco donde existe una pura y verdadera afición por el deporte, con apenas contaminación de los habituales motivos más turbios. En ese lugar de la tierra existen muchedumbres de aficionados que se indignan si los suyos hacen trampas o que piensan que "los suyos" es cualquier persona o equipo del mundo que eleve los estándares de excelencia. Los mayores seguidores de Leo Messi o Cristiano Ronaldo están en Inglaterra; los mayores fans de Fernando Alonso o Max Verstappen están en Inglaterra; la mayor reserva de aficionados al deporte femenino es inglés; en Inglaterra existen multitud de periodistas que se enamoran de los atletas extranjeros y hacen lo posible por colocarlos en lo más alto del canon deportivo, a costa muchas veces de los deportistas ingleses. También tienen sus tabloides y su periodismo bufandero, ojo, o su gentuza o sus hooligans entre los más violentos del mundo; pero es el único país (de los que conozco, claro, de los 40/50 cuya prensa deportiva ojeo o he ojeado) donde una parte sustancial de la afición valora los méritos de los equipos o atletas foráneos sin las gafas previas de "los nuestros", el único donde una parte sustancial del periodismo deportivo posee un rigor y un afán de objetividad similar al de la prensa seria. He dicho Inglaterra y subrayo Inglaterra y no Gran Bretaña o el Reino Unido, porque Escocia por ejemplo es uno de los lugares donde más acentuado es el vicio nosotrista.

Es muy bonito. Cuántas veces yo, al leer comentarios de los lectores de The Guardian o de la BBC, me he emocionado. En los demás países, la gente solo comenta en las noticias si su equipo gana. En Inglaterra, pierden las inglesas... ¡y 11.000 comentarios! Y cuántos en la línea de "ha merecido la pena ver el partido porque España juega de maravilla", comentarios casi imposibles de encontrar en otros países, por desgracia.


EL PROBLEMA de Nadal: recurrió demasiado a su físico, lo que le provocó lesiones que le hicieron perderse 14 grand slams. El problema de Djokovic: es demasiado robótico, es el que menos transmite de los tres monstruos. El problema de Federer: perdió tanto con Nadal como con Djokovic cuando estos estaban en su apogeo.

Quiero que el tenis masculino siga siendo politeísta (tri-deísta), pero como Djokovic llegue a 27-28 Gs (ahora tiene 23), no va a haber manera de negar su primacía.

LEBRON JAMES no puede ganarle a Michael Jordan el debate sobre el legado deportivo porque a partir de la eclosión del jugador de los Bulls, entre otras herencias negativas, se impuso una manera de medir los logros baloncestísticos con criterios más que subjetivos. Según esa vara de medir, que en algunos aspectos alcanza tintes de lo más estúpidos, es más meritorio ganar seis anillos en seis finales, como hizo Jordan, que ganar seis anillos Y ADEMÁS llegar a la final en otras cuatro temporadas, como hizo Abdul-Jabbar. Es un meritómetro que abusa de un aspecto del juego, la anotación, un momento del partido, el clutch, y un solo premio, el anillo: según la subjetividad jordanesca es mejor quedar eliminado en semifinales que quedar segundo. Para que Lebron James pueda ganar o al menos igualar el legado de Jordan, el modo de pesar los logros tendría que incluir la consistencia, el número de temporadas, la variedad, el rebote, la asistencia y la capacidad para jugar de modo coral o hacer mejor a tus compañeros. Cómo estará de viciada la actual manera de considerar el mérito deportivo, que la gente piensa que Jordan fue mucho más anotador que Lebron, porque el jugador de los Bulls encestaba más puntos por partido. Como la subjetividad projordanesca no valora la longevidad anotadora, te puedes llevar un susto si compruebas que Jordan, entre liga regular (32.292) y playoffs (5987), anotó 38.279 puntos en quince temporadas, mientras que Lebron (38.652 y 7.912) lleva anotados 46.564 en veinte, ¡Lebron lleva anotados 8.285 puntos más que Jordan, el equivalente a tres temporadas completas, pero sigue teniendo en contra una manera de contar el relato que es hija del individualismo protestante!