MARC MÁRQUEZ tiene chupado su noveno título mundial, tras cinco años pasando más tiempo en el suelo o en la camilla que encima de la moto, y se dispone a ingresar en un tipo poco frecuentado de leyenda, la del deportista que llegó a lo más alto y después sufrió una lesión traumática o un accidente o un atentado o una depresión, momento crítico que pudo acabar con su carrera, pero que finalmente consiguió superar, a veces para reverdecer completamente los laureles, caso de Greg Lemond tras sufrir un accidente de caza, de Niki Lauda tras estar a punto de morir a manos del fuego en Nürburgring 1976, o de George Foreman tras entrar en depresión a raíz de sus derrotas contra Muhammad Ali y Jimmy Young; a veces para semi-reverdecerlos, caso de Monica Seles tras sufrir un apuñalamiento por la espalda por parte de un seguidor de Steffi Graf, de Mike Tyson después de ser condenado a seis años de cárcel por violación, o de Tiger Woods tras ser abandonado por su esposa a causa de su adicción al sexo; o a veces para tristemente no ser ni la sombra del pasado y arrastrarse en las competiciones: casos de Ian Thorpe, Lleyton Hewitt, Martina Hingis, DeMarcus Cousins...