martes, 8 de octubre de 2024


LO QUE no le perdonaré jamás al fútbol actual es que se haya convertido en un juego de adultos. Todavía a finales del siglo pasado se daban jugadores con inacabables dientes de leche como Romario, Maradona, Prosinečki, Stoichkov, Cantona, Gascoigne, Djalminha, Higuita o Mágico González, jugadores a los que a menudo se acusaba de “falta de profesionalidad”, esto es, de minoría de edad, esto es, de eterna infancia.